El sueño de acercar los textos a personas con ceguera y dislexia PDF Imprimir E-mail

Vicky Codas (35) regresó hace unos meses de cursar una maestría en Educación Especial de personas con discapacidad visual en la Universidad de Eastern Michigan, en Estados Unidos. De allí volvió con un proyecto que busca hacer realidad para acercar los libros a las personas con ceguera, baja visión o incluso dislexia.

 

(Vicky Codas, magíster en Educación Especial, utiliza un reproductor especial para escuchar un “libro hablado digital”. También se puede usar una computadora o un teléfono. / abc color)

Vicky, que en nuestro país cursó una licenciatura en Ciencias de la Educación, y antes, por supuesto, sus estudios primarios y secundarios, conoce bien el tema. Su ceguera no le impidió avanzar en su formación, pero siempre sintió que dedicaba muchísimo tiempo a conseguir los materiales de estudio, tiempo que podría invertir directamente en estudiar si esos materiales fueran más accesibles.

“Desde hace tiempo tenía esta idea, por todo lo que tuve que pasar. Durante toda mi educación tuve que prepararme mis materiales, conseguir gente que me leyera, como mis compañeras, mi familia, o quien sea que estuviera a mano. A veces llamaba por teléfono a alguien para que leyera, o tenía que escanear las páginas de un libro (que convertía las imágenes en texto audible)”, cuenta.

Por eso, luego de viajar a Estados Unidos gracias a una beca Fulbright, Vicky casi no podía creer que gracias al fácil acceso a los “libros hablados digitales” no necesitaba gastar el 40% de su tiempo preparando los materiales de estudio, en lugar de estar propiamente estudiando.

El retorno

Al volver a Paraguay, después de graduarse con máximos honores (suma cum laude) y comprometida con uno de los objetivos de esta beca, que es que la persona que se beneficia influya en su comunidad a través de sus conocimientos, Vicky decidió iniciar un proyecto que todavía está en ciernes. Desde su puesto en la Fundación para el Desarrollo Humano Sustentable busca despertar el interés de las editoriales que producen textos escolares, del Ministerio de Educación y de los voluntarios que quieran sumarse, para hacer accesible estos libros a todas las personas que puedan necesitarlos para mejorar la calidad de su educación.

Los libros hablados no solo son útiles para las personas con ceguera. También ayudan a las personas con baja visión, que pierden mucho del contenido de un libro leído y a las personas con dislexia, para quienes seguir un texto leído puede ser un verdadero drama, aunque puedan ver las letras con nitidez.

Las limitaciones de productos y servicios accesibles exponen a las personas con discapacidad a serios problemas de falta de oportunidades educativas y laborales y, en consecuencia, a problemas de pobreza.

La fundación que impulsa el proyecto afirma que pese a la falta de datos estadísticos que indiquen con certeza cuánta gente se beneficiaría, sí se sabe que existe una gran carencia de materiales curriculares disponibles en medios alternativos.

El proyecto

En principio, la idea es llegar a un acuerdo con un par de editoriales que permitan pasar a este formato algunos libros del tercer ciclo de la Educación Escolar Básica, o de la Secundaria.

Para ello se necesita además el concurso de voluntarios, que lean y graben los textos, siguiendo las indicaciones sobre cómo deben hacerlo, especialmente cuando se trata de describir imágenes o leer tablas o cuadros, a la manera en que lo hace Learning Ally, una organización norteamericana creada en el año 1948 y que se dedica, precisamente, a acercar los textos a las personas con problemas de visión o de aprendizaje en ese país. “Lo primero que necesitamos es divulgar el proyecto; que la gente se entere, y buscar acuerdos con las editoriales y el apoyo de la gente que quiere ayudar. El primer año queremos hacer un plan piloto con un par de libros y hacerlos llegar a un par de colegios”, cuenta la joven.

Una vez que los textos están disponibles en formato digital, estos se hacen audibles con una computadora, un reproductor especial diseñado para ese tipo de libros, o incluso a través de aplicaciones para teléfonos inteligentes.

Uno de los obstáculos que enfrenta el proyecto es que resulta difícil cuantificar la cantidad potencial de beneficiarios, ya que los números de la discapacidad en Paraguay no son reales, según afirma Vicky. Por eso considera tan importante que el censo hoy en curso sea riguroso y preciso.

Braille

El “Libro hablado digital” no reemplaza al braille, un sistema de lectoescritura táctil de puntos en relieve. Ni siquiera es recomendable para los alumnos con ceguera de menos edad.

“La persona que no ve no puede dejar de aprender braille, porque es su principal medio. Este es un formato alternativo, y la ventaja es que abarca a más personas, pero ambos sistemas no son excluyentes. Yo no pondría un libro hablado en manos de un niño de primer ciclo”, afirma Vicky.

La idea todavía está en estado germinal. Pero el sueño es llegar a la mayor cantidad de personas para incidir en la calidad de la educación que reciben.

Y crecer hasta llegar a hacer accesibles textos de educación universitaria a todas las personas para las que hoy, por mucho que quieran, los textos escritos les son lejanos.

 

Fuente: ABCColor

 
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